martes, 29 de septiembre de 2009

TE AMAMOS........

Seria gratificante poder decirle a la gente las cosas que a lo largo de un año y dos meses, uno se ha enterado pero que no puede decir para no caer en la imprudencia de decir cosas que no podemos demostrar... así es la política y alguna vez creí en ella, la estudie, la ame, la idealice, para hoy avergonzarme por haberlo hecho. No me duele que la gente "juzgue" a mi hermano...alguna vez yo también vi de afuera este tipo de situaciones y sin saber creí que "algo habrían hecho" y esas eran las consecuencias, y simplemente había que enfrentarlas.... yo lo hice!! y también eso me avergüenza... Mi hermano no era un santo, pero era un caballero sobreproctector de los suyos, incapaz de hacer algo que perjudicara a terceros y con su ausencia, nos cambio la vida a todos. Mi hermano era ético, sensible, inteligente e inmaduro, era un niño con actitudes de hombre!. Su vida giraba alrededor de su hija, sus padres, su auto y el futbol... La única mafia que el amaba estaba en las películas pues era un apasionado por los films de acción. Mi hermano no era un santo pero "vivía" para satisfacer los caprichos de su hija, los de su padre, los de su madre, los míos... no era un santo pero nos era indispensable... Una vez dije en un reportaje... "el que tuvo la suerte de conocerlo" sabe cómo era y de lo que era capaz.... pensé que éramos pocos pero cada vez son más los que saben quién era Leopoldo Bina. Decirle a la gente, a los medios que mi hermano estaba en el lugar y momento equivocado quizá "para algunos" sea doloroso, para otros incoherente e inclusive imprudente pero hay que conocer para decir, escuchar para deducir y leer para saber y nosotros hemos hecho las tres cosas. Como dije mi hermano no era un santo y yo tampoco porque muchas veces y en diferentes oportunidades nos hemos equivocado: como hijos, como amigos, como parejas, como hermanos, como padres... pero los que nunca se han equivocado con nosotros como hijos son nuestros padres, y nuestra vida se baso en tratar de nunca defraudarlos. Por eso digo: que mi hermano no era un santo pero se le parecía bastante.